lunes, 22 de septiembre de 2008

LAS SECRETAS FORTUNAS DE LOS CASTROS DEBIERAN SER PUESTAS A DISPOSICION DE LA DESVASTADA CUBA

LAS SECRETAS FORTUNAS DE LOS CASTROS DEBIERAN SER PUESTAS A DISPOSICION DE LA DESVASTADA CUBA

Cuba, 21 de septiembre de 2008. La tragedia devastadora acarreada por los huracanes "Gustav" y "Ike" viene a sumarse a aquella otra que padece Cuba a manos de los Castros, esos ciclones políticos que nos han azotado, sin interrupción, por casi medio siglo.

Ahora la dictadura nos comunica a través de otro artículo del espurio Fidel, que Chávez otorgará a Cuba, tierras agrícolas en áreas en Venezuela, no expuestas a las futuras acciones de los ciclones, de manera de que el régimen produzca allí alimentos para los cubanos. O sea una más de las descabelladas "ideas" de Hugo Chávez que los Castros abrazan sin fervor, pero con suma paciencia.

¿Y debe sorprendernos a estas alturas, esa invención manipuladora del Fidel El Apócrifo? La Habana es el único régimen de la tierra con un manipulativo y conveniente doble mensaje de control político.

Tras incontables décadas de multi-billonarios subsidios de ex-imperios, potencias petroleras, ayuda "solidaria" y la deuda externa per capita más apabulladora del mundo, de los cuatro millones de hectáreas de tierras fértiles que existen en la Isla, más de la mitad están invadidas por el marabú, la planta maldita que las hace incultivables. En el 2007, Cuba se vio forzada a importar el 85% de los alimentos de su canasta básica.

Ni siquiera ante una catástrofe tan apabullante, el régimen se abstiene de politizarlo todo. Si la primera potencia del mundo -que ocurre que existe a 150 kms de Cuba- le ofrece ayuda gratuita material y alimenticia, se le rechaza con un breve rosario de argumentos pueriles o sin fundamento: " No se acepta ayuda alguna de E.U., ni se necesitan expertos estadounidenses que viajen a la Isla para evaluar los daños -aunque se autoriza de inmediato a los mexicanos- porque La Habana ya había prácticamente terminado la misma; porque el país que ofrece hace un ofrecimiento hipócrita, porque la dignidad no lo permite. Desde un país en ruina se echa mano a un despiadado e inexistente predicamento.

Lo anterior sólo puede describirse como perteneciente a un oscuro e inédito pasaje del país abominable que habita en las páginas del "El Proceso" de Franz Kafka. El discurso político del Raulismo se ha reducido a mimetizar las disgresiones y el pensar en voz alta de Raúl El Efímero. De laberintos semánticos y retruécanos kafkianos se hace hoy en La Habana la razón de Estado.

Pero la verdad cruda es otra bien perversa: lo que ansían es créditos que nunca pagarán y cuya deuda se sumará a la otra ya infinita con la que han hipotecado a los cubanos por 50 futuras generaciones. Préstamos en dólares de más odiado enemigo para engrosar sus arcas y asegurar un exilio muelle, nada estresante. No les interesa la reconstrucción de Cuba, sino poder disponer de préstamos en moneda convertible para utilizarlos a su antojo y capricho.

El gobierno no escapa indenme ni a un simple análisis de contenido: no tienen la menor idea de la verdadera magnitud de los daños, ni les interesa, ¿Por qué? Porque aunque se equivocan esta vez, creen firmemente que controlarán la plantación-isla con el viejo libro de recetas de control poblacional del Dr. Castro.

¿Pero quién puede dormir hoy tranquilo en la nomenklatura cubana? Con notables torpezas, vacilaciones y desazones que les quitan el sueño, los generales-empresarios apuntalan el futuro, con la misma falsa esperanza de los ruinosos edificios de La Habana.

La generosidad de los cubanos exiliados, bien intencionada y motivada, no es suficiente. Es bienvenida por nuestros familiares y amigos, pero se trata sólo de una gota de agua en un mar de perentorias necesidades. De hecho muchos en Cuba no tienen familiares que les hagan envíos de remesas desde el exterior. Ello es algo que todos sabemos.

El pueblo cubano necesita, con urgencia, de una operación masiva de ayuda internacional de gigantescas proporciones supervisada independientemente. Un puente aéreo y marítimo que no controle y administre el régimen a su antojo. De especial preocupación son los potenciales epidemias y problemas de salud que se derivan de toda hambruna y malnutrición.

Se nos ocurre exigir que las célebres "Reservas" de Fidel Castro, de su hermano Raúl Castro y las fortunas de sus familiares, allegados, facciosos y acólitos debieran ser ofrecidas para la desvastada Cuba. Pero, sospechamos que semejante petición es otra "idea chaveziana" más, desatinada e inocua, fruto del pesar y la angustia por quienes en su desamparo extremo, subsisten en nuestra Patria, bajo el férreo puño de la dictadura más antigua del planeta.

Por: Editorial La Nueva Cuba