martes, 24 de marzo de 2009

OBAMA Y PUERTO RICO


OBAMA Y PUERTO RICO

San Juan, 24 de marzo de 2009. “La Humanidad es capaz de salvar al planeta si recupera los principios de la solidaridad y la armonía con la Naturaleza”. (Evo Morales, presidente de Bolivia)

Barack Obama, en representación de la nación más poderosa del mundo, se propone unirse al movimiento solidario que lucha contra la desigualdad social, la autodestrucción del planeta por el calentamiento global y adoptar una cultura de paz.

Obviamente, para lograr estos objetivos, Obama tendrá que enfrentarse al poderoso complejo militar industrial y a las multinacionales, que históricamente han controlado las decisiones fundamentales del gobierno de Estados Unidos, para intentar cambiar su larga tradición guerrerista e imperialista.

No nos ilusionamos con transformaciones revolucionarias, sobre todo en la política exterior de Estados Unidos, pero el resultado final de su elección puede ser una bendición para toda la Humanidad. Obama constituye una esperanza en medio de la crisis social, económica y política. Por eso, despierta tanto entusiasmo a nivel nacional e internacional.

El primer impacto positivo de Obama es el detente a la barbarie criminal y a la agresión del gobierno de Israel contra la población civil palestina. Todo indica que la tregua fue una decisión impulsada por Obama antes de su inauguración, quien se dirigió con profundo respeto al mundo musulmán en su primer discurso.

Otro ejemplo concreto de la visión progresista de Obama es la decisión de disminuir las contribuciones al 95% de los estadounidenses provenientes de los sectores de la clase media, mientras se aumenta la aportación al 5% de la población privilegiada que gana más de $250,000 anuales.

Como vemos, Obama no sólo sueña con un mundo más justo sino que ya está tomando las medidas para adelantar sus objetivos, como el fortalecimiento del Gobierno a través de una mayor inversión en la educación, la salud y la infraestructura, rechazando la privatización, el despido de empleados públicos y la filosofía neoliberal de su antecesor.

Mientras tanto, en Puerto Rico también triunfó el cambio, pero el nuevo Gobierno se inició con un traspié por la creación de una exclusiva comisión de banqueros y representantes del gran capital extranjero, que obviamente recomendaron las propuestas que más le benefician a sus intereses económicos.

Hay que tener en cuenta que las corporaciones extranjeras expatrian anualmente más de $34,000 millones y que la mayoría no pagan contribuciones, ni cumplen con los compromisos contraídos con el Gobierno, llamados decretos. No olvidemos que las contribuciones en Puerto Rico provienen un 75% de individuos y solamente el 25% de las corporaciones.

De las exorbitantes ganancias anuales de ese capital transnacional tienen que salir los fondos para balancear el erario y mejorar los servicios públicos. La carga económica no puede volver a recaer en los trabajadores asalariados y en la clase media que ya hemos sufrido el aumento en el costo de vida en un 15%, más el 7% del IVU, para un total del 22%.

Por supuesto que tenemos que eliminar los malos gastos enraizados en todas las ramas del Gobierno, pero el verdadero cambio es hacer más eficientes los servicios públicos, no los despidos masivos y la privatización que sólo profundizarán la recesión económica y provocará graves conflictos sociales.

El nuevo Gobierno de Puerto Rico debe seguir el certero rumbo trazado por Obama, haciendo de la búsqueda de consensos, la justicia social y la redistribución de la riqueza su primera prioridad. En ese sentido, hay que felicitar al Gobernador y al liderato sindical por su primer diálogo.

Por: Papo Coss Activista Social