En los reportes de los campos de entrenamientos de los últimos 20 años se esta mas pendiente del pitcher o del artillero lesionado que otra cosa. Y durante el transcurso de la temporada también: la preocupante ausencia de Santana por quien sabe cuanto, que tendrá que someterse a una operación del hombro y la de Josh Johnson, constituyen “el ultimo grito de horror” en una película que ya es rutina.
Si algo contribuye a la perdida de juegos por lesiones debe ser que los planes de entrenamiento son menos saludables y que los jugadores son menos responsables ante el entrenamiento por lo del contrato a largo plazo y por la utilización exagerada y anormal del ejercicio con pesas: residuos óseos, la lesión (y la intervención quirúrgica) del manguito, el músculo de atrás, el de delante, la ingle, el tobillo… o por las secuelas de los esteroides ¿Quién sabe?
Antes, cuando existía la considerada “criminal cláusula de reserva”; cuando los dueños adoraban al pasatiempo como a un hijo y, uno de ellos, Bill Veek, fue capaz de lanzar el slogan “Cada fanático un rey y cada juego un carnaval”, no sucedían estas cosas en la proporción desmedida y exagerada de hoy.
Los contratos de la época de la cláusula de reserva eran anuales y de acuerdo a como entendiera la gerencia que había sido el comportamiento del jugador para cumplimentar solicitudes de aumento salarial.
Sandy Koufax y Don Drysdale, un dúo de lanzadores que no tiene similar en ningún club de Grandes Ligas hoy, exigieron medio millón de dólares para iniciar conversaciones previas al campo de entrenamiento de la temporada de 1966; fue una huelga y retrasaron su incorporación al mismo. Con una advertencia, Koufax y Drysdale recogieron sus bártulos y, calladitos, se dirigieron hacia el cuartel general de los Dodgers en Vero Beach; ese año el zurdo tuvo su mejor temporada en las Mayores que, también, fue su última ¿Cuánto recibieron? 250,000.
En 1929 Babe Ruth recibió su ultimo salario de 3 de 70,000 dólares; en 1930 y el año posterior, 80,000; pero, en 1932, le pagaron 75,000; es decir, asimilo una rebaja de 5000 y sus números esos años fueron: 1929 46 jonrones, 154 impulsadas y .345 de promedio; 1930 49, 159 y .359; 1931 46, 163 y .373 y en 1932, 41, 137 y .341. Su total ganado en 22 temporadas fue de 785,000; que nadie se engañe, la conversión a utilidades actuales es muy superior en esta época con sus salarios que en la de Babe Ruth, incluso que en la de Williams, Dimaggio, Mantle o Wilie Mays, estos jugadores de hoy son millonarios, como se escribe y pronuncia.
Mickey Mantle mantuvo al equipo del Bronx en la línea de la información preocupante; pero aquí se daba el caso de que el jugador no aceptaba que se le entrevistara sobre sus lesiones ni que trascendiera al público su foto vendándose ambas piernas hasta la cintura previa a cada juego. Pero antes no era común emplear tinta en informar sobre lesiones durante el entrenamiento, porque no se lesionaban.
Los sesentas sorprendieron a los Dodgers con Koufax sometido a verdaderas torturas para “aliviar” el dolor del brazo artrítico y a los Cardenales con el soberbio y corajudo Bob Gibson sacándose medio cubo casi de liquido de sus rodillas y era patético observar a este extraordinario pitcher escondiendo en su guante el inhalador para calmar su asma crónica sin que ninguna de las dos afecciones impidiera el compromiso diario con su publico. Camilo Pascual era el único pitcher hispano que ponía en duda su actuación anualmente para los Senadores y los Mellizos por su debilidad en el brazo, que le ocasionaba fuertes dolores. Tony Oliva perdió la elección a Cooperstown por una lesión de rodilla y un campeonato de bateadores por una astilladura en un dedo.
Santana (tercer año consecutivo del venezolano fuera de la postemporada por problemas en el brazo), Alex, Johnson… son mas propensos a la lesión que la Bella Durmiente al pinchazo del cuento de Grimm. El primer salario de Ruth fueron 600 dólares, hoy el salario mínimo esta en 400,000…
Antes, cuando los dueños regían el juego como propietarios absolutos del contrato del jugador, una estancia en la lista de enfermos podía costarle el puesto si un novato, llamado con urgencia de triple A, metía dos líneas; por eso nadie se lesionaba tanto.
Casi todos los raperos son millonarios; casi todos los boxeadores son millonarios; casi todos los estelares del cine son millonarios…Son señales de los tiempos, si lo duda, observe una pelea de Willie Pep o de Sugar Ray Robinson; una vieja película de Spencer Tracy o de Humprey Bogart; o escuche Unforgetable por Nat King Cole y, después, medite…Una buena memorabilia fílmica de Willie Mays o de Ted Williams tal vez le ayude a entender este colosal fraude que es el béisbol de hoy que comienza anualmente con una lista de enfermos que ni la del cementerio de Héroes de Arlington, caídos en batallas de verdad, le iguala.
Por Andrés Pascual Cronista Deportivo Cubano y Ex Prisionero Político
Nota: No nos hacemos responsables y tampoco compartimos con algunos argumentos de este escrito. Se publica en Honor a la Libertad de Prensa que los Países Fascistas no tienen.