martes, 1 de enero de 2019
DESDE LA DIÁSPORA ESCRITO Y FOTO POR YARIMAR BONILLA . EL PROBLEMA DE “HAMILTON” NO ES LA SEGURIDAD.
DESDE LA DIÁSPORA
ESCRITO Y FOTO POR YARIMAR
BONILLA DE ENDI.COM. EL PROBLEMA DE “HAMILTON” NO
ES LA SEGURIDAD.
Puerto Rico lunes,
24 de diciembre de 2018. El problema de “Hamilton” no es la seguridad. A menos de
tres semanas de la tan esperada apertura del musical “Hamilton” en el Teatro de
la Universidad de Puerto Rico, llega la sorprendente noticia de que el
espectáculo cambiará de lugar. Los portavoces citaron preocupaciones de
seguridad como la razón principal del cambio, pero cabe preguntar si el
verdadero problema no fue la falta de consideración sobre las implicaciones de
presentar “the great American musical” en el medio de una colonia en crisis.
Los rumores
de que la obra podría cancelarse comenzaron cuando la Hermandad de Empleados
Exentos No Docentes amenazó con interrumpir el espectáculo con una huelga. Sin
embargo, aunque finalmente el sindicato acordó no interferir, los productores
admitieron que temían que se formaran manifestaciones políticas en las afueras
del Teatro por parte de estudiantes y otros grupos políticos. Ya que ni la
policía ni el Ejército pueden entrar a la universidad (como resultado de
importantes luchas estudiantiles), los productores decidieron trasladar el
espectáculo a un lugar donde sería más fácil obtener protección policiaca para
el elenco y su lista de invitados estrellas, que incluye figuras como Barack
Obama, Hilary Clinton y Oprah Winfrey.
Este cambio
de última hora es solo la más reciente controversia que ha rodeado la
producción, y los esfuerzos políticos en general, de Lin-Manuel Miranda en
Puerto Rico. La estrella de Broadway provocó controversia por primera vez
cuando cabildeó en el Congreso para ayudar con la crisis fiscal de la isla a
través de la implementación de la ley Promesa. Es de suponer que Miranda pensó
que Promesa incluiría un paquete financiero para ayudar a Puerto Rico a
solucionar su crisis económica. Sin embargo, en lugar de ofrecer ayuda, la ley
simplemente impuso una junta que hasta la fecha no ha hecho otra cosa que firmar
un acuerdo con los acreedores de Cofina que nos podría llevar a una futura
debacle, establecer un programa de austeridad que incluye el cierre de
escuelas, el agotamiento de los servicios públicos, la reducción de programas
sociales, el aumento de impuestos y tarifas, y la drástica reducción del
presupuesto del primer centro docente del país: precisamente el escenario
originalmente pautado para "Hamilton".
De hecho, la
universidad ha sido el primer blanco de ataque de este régimen de austeridad,
con una reducción drástica de presupuesto, una alza astronómica al costo de la
matrícula y una reducción violenta de compensación y beneficios para educadores
y trabajadores, sin hablar de la persistente amenaza de cierre de recintos.
Luego del
paso del huracán María, la Junta de Supervisión Fiscal en complicidad con el
gobierno ha hundido a la universidad en una crisis aun más profunda. En varios
recintos, aulas, bibliotecas y colecciones de investigación permanecen sin
reparar, hay planteles plagados con problemas de hongo y salubridad, y el
sistema entero se encuentra en riesgo ante la incertidumbre de cómo atenderá
estos retos con 50% menos del presupuesto público que tenía antes de María.
La llegada
de "Hamilton" a los terrenos de la universidad buscaba ofrecer una
importante ayuda a esta institución en crisis. La familia Miranda gastó más de
un millón de dólares en la renovación del teatro. Además, las áreas
circundantes se limpiaron, repararon, y equiparon con pancartas brillantes con
el logotipo del musical al lado de la universidad.
Sin embargo,
estos esfuerzos produjeron reacciones complejas, ya que para algunos solo
hacían mas evidente el mal estado y las condiciones precarias del resto del
sistema, para el cual no existe ningún plan de recuperación.
Si la
producción de “Hamilton” se hubiese realizado en la universidad, el verdadero
problema no hubiese sido la seguridad del elenco y la audiencia, sino el dilema
de cómo presentar una imagen positiva de una isla que sufre el embate de una
realidad colonial, y la degradación de su primer centro docente, a costas del
beneficio y las buenas vacaciones de los inversionistas de la metrópolis que
"Hamilton" busca atraer.
Desde el
principio, Miranda declaró que el objetivo de traer a “Hamilton” a Puerto Rico
era proyectar una imagen positiva de Puerto Rico para ayudar a estimular el
turismo. Anunció con regocijo que, aunque habría algunos boletos disponibles
para estudiantes y residentes a un costo accesible, el objetivo principal de la
producción era vender boletos "supercaros" para atraer a los
fanáticos adinerados del teatro y así poder crear un fondo para apoyar las
artes. De hecho, para la frustración de los residentes locales, la Compañía de
Turismo controló una gran cantidad de los boletos, los cuales se han vendido
como parte de ofertas vacacionales.
Miranda
también se asoció con el programa "The Tonight Show", que anunció la
semana pasada que grabarían un episodio especial en Puerto Rico con el elenco
del musical. Jimmy Fallon anunció que el
objetivo del programa era demostrar que "Puerto Rico is back and open for
business" (de vuelta, y abierto a los negocios).
Dados los
desafíos actuales, la Universidad de Puerto Rico es quizás el sitio menos
indicado para transmitir este mensaje. En realidad, dado su legado de activismo
en contra del colonialismo, la Universidad siempre fue un escenario inadecuado
para un espectáculo tan apolítico y
celebratorio de la nación norte americana como “Hamilton”. Aunque para muchos
el hecho de que un elenco de actores pertenecientes a grupos minoritarios
represente a los fundadores de la nación es algo radical, la obra es otra
representación romántica más de la historia de Estados Unidos en la cual las
perspectivas de las poblaciones marginadas o colonizadas están completamente
ausentes.
Es
precisamente por esta razón que la obra ha obtenido tanto éxito y creado tan
poca controversia dentro de los Estados Unidos: porque no plantea preguntas
sobre el pasado “glorioso” del pueblo estadounidense. Un teatro rodeado de
protestas en contra de Promesa, la austeridad, y la colonia definitivamente
hubiese chocado con esa fantasía.
Parece ser
que nadie consideró las ironías de representar la lucha por la independencia
americana, y el desarrollo del sentimiento patrio estadounidense, en un
contexto de recrudecimiento colonial histórico.
Si el
objetivo de llevar a “Hamilton” a Puerto Rico era que la población local
tuvieran un respiro artístico de los desafíos de la realidad pos-María, y que
los visitantes pasaran unas vacaciones agradables en la isla del encanto, su
nueva ubicación en el Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré es ciertamente un
lugar más adecuado. Localizado cerca de la zona turística del Condado con sus
hoteles de cinco estrellas, los restaurantes “gourmet” de la Calle Loíza, y las
nuevas comunidades de criptoinversionistas y los famosos 20/22, el Centro de
Bellas Artes es sin duda un mejor escenario para transmitir el mensaje de que
Puerto Rico está brillante y resiliente.
Sin embargo,
uno no puede dejar de preguntarse cómo hubiese sido una puesta en escena que
revelara las ironías y las contradicciones de celebrar la revolución americana
en medio de la colonia. Por ejemplo, hubiese sido interesante ver a Barak Obama
ingresar a los terrenos de la Universidad y escuchar a los estudiantes hablar
de cómo PROMESA, que se creó bajo su presidencia, ha impactado sus vidas. O,
quizás ver a Jimmy Fallon ofrecerle un espacio a los a voces y talentos
locales, y no solo al elenco de gira del musical.
Afortunadamente,
todavía hay tiempo para que los productores del espectáculo se atrevan a romper
con el libreto de resiliencia con el fin de contar una historia más compleja,
si no del pasado de los Estados Unidos, al menos de su presente. Santurce
podría ofrecer un panorama similarmente complejo desde el cual narrar lo que
significó la independencia y la revolución estadounidense, a quien benefició y
a quien no.
Haciendo eco
a la canción tema de la obra: esperemos que Lin-Manuel Miranda no desperdicie
su oportunidad. Editado por Ramón Luis Vázquez
Collazo de la Prensa Independiente y cortesía
de Vazcorp Corp.