USA, 6 de septiembre de 2010. Los creyentes fervorosos, apasionados en la idea necesaria yo diría que obligatoria, de que Dios existe; los que hacen un altar de su corazón por la esencia divina son más valientes y mejores personas que los que no dispensen el lugar que merecen Dios y Jesús en el alma humana.
Mi esposa y su familia son así, mi hijo menor es así y Camilo Sánchez Díaz era así y su familia también…
Este jueves sepultaron en Miami a mi amigo Camilito ¡Que digo! Más que amigo, mi familia por toda la vida…
Llegó a este país hace 3 años, acompañado de su esposa, su hijo Camilin y Gema, su hija menor, bendición por Dios de su hogar cuando él y Edelsa, se disponían a cuidar a los hijos de Marcos, su vástago mayor.
Camilo fue de ese grupo amplísimo de jóvenes que no pudieron acompañar a sus padres y hermanos durante los 60’s por el recurso horrible que, para separar la familia cubana, implementó la tiranía: la edad del Servicio Militar, quedando el joven a cargo de tías mientras sus padres y sus tres hermanos se establecían aquí con la promesa hecha allá por las mentirosas y oportunistas autoridades de “pronto se le liberará”, lo que nunca ocurrió y, si bien esa separación fue terrible, no es menos cierto que la compensó haber conocido a la mujer que fue su compañera fiel durante toda la vida de más de 30 años casados; que le dio tres hijos como ellos, preparados para enfrentar a la sociedad con la decencia, la honradez y los principios morales obligatorios en cuanto al desempeño como ciudadanos de alto perfil.
Durante más de 30 años Camilito fue el anotador-compilador de los equipos de Pinar del Río a Series Nacionales, Selectivas…y en igual función para la emisora provincial Radio Guama; allí también anotó varios eventos internacionales que tuvieron como subsede al estadio de la ciudad capital provincial.
Apasionado, organizado…así llevaba la actividad relacionada con el juego; aparejada a su trabajo de Estadísticas en una empresa de Construcciones que, a pesar del relajo laboral que es Cuba, trataba de desarrollar a “lo capitalista” por su responsabilidad y eficiencia profesional. Nunca fue militante ni comprometido; porque era afectado en la destrucción de su familia filial y porque era católico practicante y cumplidor con la Iglesia.
Jugador del campo corto en su edad colegial y juvenil, aplicaba para la famosa frase de Miguel Ángel González al referirse en un reporte al entonces novato receptor Moe Berg de “good field no hit”; o “bueno al campo, no al bate”.
Tan fanático de la posición que su ídolo fue Willy Miranda, del que logró tener un guante firmado por cortesía de un primo hermano del “Mago”, que residía en el pueblo natal nuestro, San Cristóbal, apodado Yeke.
Camilito fue agredido por el cáncer del colon, que se originó en Cuba y al que no le hizo frente aquí como debió, porque se frustro y no le vio posibilidades al triunfo en el peligroso juego que inició con la terrible enfermedad; entonces, de manera inexplicable para un hombre responsable de una familia e inteligente, prefirió morirse estúpidamente al ponerse en control médico tardíamente; a pesar de todos los que le reclamamos su responsabilidad de esposo, de hijo, de padre, de abuelo…
Yo no pude ir al velorio ni al sepelio, me representó mi esposa, también amiga desde la infancia de la pareja Sánchez-Alfonso y no pude porque no era este el caso del velorio utilizado para el reencuentro de gente conocida que se ven poco.
Por lo menos para mi no era el momento indicado para hablar de pelota, tan frecuente en los velorios por quienes no son dolientes. Yo, sencillamente, no fui porque Camilito era algo más que el individuo con el cual se entablaba una conversación sobre el juego con autoridad: más de 50 años de familiaridad efectiva me lo impidieron.
Porque fue un hombre bueno de la gorra a los spikes, está con seguridad al lado del Creador. Sírvanos de consuelo el tan manejado “Dios se lleva primero a los buenos”, porque en este caso, es una dolorosa y meridiana verdad.
Por Andrés Pascual Cronista Deportivo Cubano y Ex Prisionero Político
Nota: No nos hacemos responsables y tampoco compartimos con algunos argumentos de este escrito. Se publica en Honor a la Libertad de Prensa que los Países Fascistas no tienen.