La sociedad cubana de hoy, sin utilizar números estadísticos imposibles y fríos, la componen económicamente dos estratos: la nueva clase y el pueblo miserable y estas, a la vez, tres posiciones ideológicas insoslayables: cerradamente fanáticos de la ideología; abiertamente contrarios a esa, e increíblemente apáticos ante cualquiera de las dos anteriores. Las tres, de una u otra forma, con un tipo raro de temor ante lo que ocurriría si el capitalismo, objeto de crítica impuesta por una solo voz durante 50 años, se apodera del país y este es el principal freno a la democracia que existe en Cuba.
El rumor a que la tiranía castrocomunista haya sugerido la posibilidad de permitirle la libre contratación por clubes de béisbol profesional extranjero a sus jugadores; o forma parte de una “bola de gradería” creada aquí ante la escasez del titular de impacto referente al béisbol cubano; o es el reciclaje en el uso del “barómetro” político en Miami con que, frecuentemente, se divierten ciertos personajillos en la Isla. De alguna manera, eso va a tener trascendencia en la prensa oficialista y, quizás, hasta en alguna “Reflexión”; porque, en medio del lamento por la ultima gran derrota en la arena internacional, Taladrid, “Gran Brujo Ideólogo de Langosta Thermidor” de CubaDebate, escribió que “esos problemas del béisbol en Cuba había que resolverlos bajo el estatuto de aficionado” y después enumero los mil y un problemas perjudiciales para Cuba y la Revolución si se implantara o permitiera otra vez “el nefasto deporte rentado”.
Hay un experimento en Cuba que nada tiene que ver con “cambios” hacia otra esfera político-económica; sino que fue la forma de decirle algo consolador al millón de trabajadores que serán, no cesanteados; sino dejados “interruptos o disponibles” que es la palabra que utiliza la Nomenclatura para hacer diferente al capitalismo la misma situación de “desempleados” semánticamente.
Si bien la población cubana sabe que en el país vive a costa de ella un grupo de vividores y oportunistas en niveles de “clase altísima”, por lo general todavía recuestan su odio al “rico” a través de la critica a Julio Lobo, Fanjul o Gómez Mena que ya hace 50 años que se desvincularon de las operaciones económicas en Cuba y, medio siglo tal vez sea mas tiempo del que necesitaron para hacer sus riquezas los tres mencionados, lo que quiere decir que en nada influyen en la misérrima vida del cubano corriente de hoy. Medio siglo es el tiempo que media entre el izado de la bandera cubana en el Morro por el general Emilio Núñez y la entrada en La Habana de la horda.
Todavía el pueblo no esta acostumbrado a ver como vecino a un “capitalista de nuevo tipo” legalizado por la dictadura; todavía no es exitoso el fraude experimental de los “cuentapropistas” en cuanto a relacionar al pueblo con un rico relativo de factura “castrocomunista” como para imponerle de zopeton, con gorra y spikes, uno hecho de verdad en el peor escenario posible: “el Norte revuelto y brutal”
Es la ideología el freno, la imposibilidad de negar lo que ellos “lograron” porque, a fin de cuentas, también le costaría la vida y la libertad a muchos “dirigentes” que se apropiaron del país ¿Estarán dispuestos a entregarlo? ¿A desmentir a Fidel, a Taladrid con medidas de suicidio político-ideológico? Perdón, pero yo no lo creo; mientras, Peter Bjarkman debe seguir allí, anotando experiencias culinarias de buscador en función de embajador permanente para el blog de MLB a ver que pasa con el tiempo…Aunque, como se sabe, en la Cuba sojuzgada hasta la bola de trapo juega…
Por Andrés Pascual Cronista Deportivo Cubano y Ex Prisionero Político
Nota: No nos hacemos responsables y tampoco compartimos con algunos argumentos de este escrito. Se publica en Honor a la Libertad de Prensa que los Países Fascistas no tienen.